Entendernos a nosotros mismos y saber qué nos ocurre y cómo nos sentimos, es el primer paso para conocerse mejor e intentar avanzar hacia un estado de mayor bienestar. Además no es lo mismo sentirse un poco enfadado que mucho, o sentir un miedo desmedido en vez de moderado. Por ese motivo es importante aprender no solo a identificar (¿qué siento?), sino también a medir (¿cuánto siento?) la intensidad de las emociones. Ya que, cuando tienen un grado moderado, ciertas emociones se pueden sobrellevar. Pero cuando toman una intensidad demasiado elevada pueden desbordarnos y dificultar nuestro día a día.
Imaginemos que estamos preparando un bizcocho:
Todos estos ingredientes con sus medidas adecuadas darán como resultado un delicioso bizcocho. Dentro de un margen podemos variar un poco las cantidades según los gustos de cada uno, pero si nos excedemos tanto por mucho como por poco, estropearemos la receta. Una pizca de sal da un toque muy particular al bizcocho, pero si se nos va la mano lo salaremos y estropearemos la receta. La cantidad adecuada de harina hará que nuestro bizcocho sea esponjoso, pero si echamos demasiada nos quedará compacto como un ladrillo.
Las EMOCIONES son como los ingredientes del bizcocho, en su justa medida y dentro de un margen, pueden ser adecuadas y útiles para que todo fluya con armonía. En definitiva todas las EMOCIONES pueden resultar “positivas” para nosotros dependiendo de la situación y con una intensidad proporcionada. Así, y entre otras cosas, por ejemplo:
-La TRISTEZA puede ayudarnos a recibir ayuda cuando la necesitamos.
-El ENFADO puede ayudarnos a exigir algo que creemos justo.
-El MIEDO puede protegernos de una situación peligrosa.
-Los CELOS pueden hacernos valorar a las personas queridas para que las cuidemos.
-La ENVIDIA puede ayudarnos a mejorar o a cuidarnos.
-La VERGÜENZA impide que actuemos fuera de lugar en ciertas situaciones concretas.
-El ASCO puede protegernos de un alimento en mal estado.
-La SORPRESA puede advertirnos y hacernos reaccionar ante un peligro inminente.
También todas pueden resultar “negativas”, inadecuadas y dañinas. Cuando son desmedidas y suceden en una situación donde no encajan bien. Cuando se alargan demasiado en el tiempo o son excesivamente intensas.
Uno de los objetivos de EL EMOCIONÓMETRO DEL INSPECTOR DRILO es conocerse mejor, aprendiendo a identificar y medir las EMOCIONES para posteriormente regularlas a partir de unas recetas, teniendo en cuenta el bienestar propio, sin olvidar el de los demás.
El EMOCIONÓMETRO DEL INSPECTOR DRILO está escrito por la psicóloga Susanna Isern con más de 15 años de experiencia en el trabajo de las emociones infantiles, y profesora de Psicología del Aprendizaje en la Universidad.
Encuéntralo en las mejores librerías. NubeOcho Ediciones 2016.
EL EMOCIONÓMETRO DEL INSPECTOR DRILO
Enciclopedia de emociones
ISBN: 978-84-944446-9-2
100 páginas
260 x 260 mm
19,90 €